domingo, 16 de noviembre de 2008

A qué huele?


Nos fuimos el viernes al pueblo, aunque no está muy lejos (a una hora y media), solemos ir una vez al mes. La que mejor se lo pasa es mi peque, adora a mis suegros y le encantan los animales con lo que se lo pasa en grande con los gatos, las gallinas y los conejos que tiene allí mi suegro.


A nosotros nos sirve para cambiar de aires y olvidarnos un poco de la vida en Madrid, que será como en el resto de ciudades, siempre corriendo, con atascos, el metro, autobús, carretera..... que no llego porque ha habido un accidente..... no llego porque el metro se ha averiado..... o que el autobús no llega..... etc.


Sin en cambio en el pueblo todo es tranquilidad, nadie lleva prisas, todo el mundo se habla con todo el mundo, el coche de delante se para porque habla con uno que pasa por la acera, todo el mundo se saluda...... igual que yo que llevo cinco años en mi bloque y no conozco a la mayoría de mis vecinos.


La verdad es que el pueblo está bien nada más bajarte del coche ya hueles el cambio y es un olor que te acompaña hasta que llegas a tu casa y te duchas, me refiero el olor a chimenea, no sé que coño tendrá la chimenea que parece que te deja embobado..... te sientas y aunque esté la tele puesta no apartas la vista del fuego te quedas fijo mirando cómo arde la leña, te hablan y no reaccionas.... sólo existe el fuego. Imagino que os habrá pasado. Vas a casa de algún amigo y como también tiene chimenea más de lo mismo estás como agilipollado todo el fin de semana. Por la noche nos bajamos a nuestro chiringuito preferido y como también tiene chimenea después de charlar un rato en la barra..... al final acabas sentado frente a la chimenea, joder que poder tiene la puta chimenea, y si entras y no hay sitio hasta te mosqueas.


Yo creo que hasta los havanas con cocacola saben distintos, ya de por sí no sabe igual un cubata en casa que en el bar, pues si el bar tiene chimenea sabe mejor, así que mirando al fuego al final caen unos cuantos y el correspondiente paquete de tabaco, lo bueno es que cuando te levantas de la silla ya no sabes si el mareo es por efecto del alcohol o por efecto de la chimenea, llegas a casa con olor a leña nadie te dice que vengas oliendo a cerveza o a bar porque este olor se come a todos los demás así que en parte está bien. El olor no desparece hasta que hemos llegado a Madrid, una vez duchados ya vuelves a oler a persona otra vez, es decir a contaminación, ruidos, pitidos, atascos, prisas.....

4 comentarios:

  1. Niño... tu estas rarito... ¿que te pasa?... ¿no te habrás enamorao? jajaja.

    Ese es el encanto de las ciudades pequeñas o pueblos grandes... no tienes metro... por regla general no tienes atascos... el autobus existe pero tardas más en llegar si lo tienes que esperar, así que decides ir andando a todos los sitios... y si ya tienes a algún priiiiiiiiiiiiimo viviendo relativamente cerca el "jolor" a "fumo" lo tienes garantizado.

    Ánimo, que ya queda un día menos para que vuelvas al pueblo.

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  2. La verdad es que en los pueblos se respira una tranquilidad increible, y mas si vas de un sitio tan grande e impersonal como Madrid.
    Lo de la chimenea creo que nos pasa a todos. Si hay chimenea, no hace falta ni tele, ya tienes algo mejor que mirar.

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  3. No, no estoy enamorado de mi pueblo, sí que es verdad que me gusta mucho...... pero en verano, en invierno te puedes morir de una depresión....

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  4. me encanta el olor a leña.... es algo que no se puede describir...
    disfrutalo siempre que puedas

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Ya que has entrado en mi casa, déjate ver, dime lo que piensas y por supuesto sírvete una cervecita.