La llamada

Desde hace unos días tengo su número de teléfono pero no me atrevía a llamar, aunque parezca lo contrario soy tímido y tampoco me gusta molestar, una vez pasados los tres primeros segundos me hago con la situación y salgo adelante con naturalidad mostrándome como soy.

Todo esto viene porque ayer cogí el teléfono y me decidí a llamar, aproveché que iba a por la peque a catequesis para llamarle.

Lo podría haber hecho desde casa pero entonces tendría a mi media naranja pegada al teléfono para escuchar, así que decidí que mientras llegaba a la catequesis de mi peque le llamaría.

Al principio él también ( creo) se cortó un poco al decirle que era yo pero al momento pasó algo raro, no sé si fue el oír nuestras voces por primera vez, no sé si fue que habíamos hablado mucho por la blogosfera o no se si es cuestión de que esperábamos esa llamada el caso es que parecía que nos conocíamos de toda la vida o por lo menos de un montón de años. Nos preguntamos por todo, por salud, por trabajo, por que tal estábamos, por que tal todo, por que nos gustaría conocernos.... fue una conversación que me dejó buen sabor de boca y que se repetirá seguramente en breve. Al final la llamada se hizo corta porque llegué a la iglesia y tenía que colgar no sin antes quedar para otra conversación. Te prometo que este fin de semana me pongo el Skype.

La segunda parte fue cuando llegué a casa y se lo conté a mi mujer.... Cómo es? Qué voz tiene? De qué habéis hablado? Vamos lo que se dice un interrogatorio en toda regla. Ella también le conoce y además se caen bien, desde aquí te mandamos un abrazo y que te pongas bueno lo antes posible para que empieces a darnos caña en este mundo virtual.

No tengo que decirte que me debes un havanacola, claro.