Papi.... Cuánto me quieres??
El Día que nació mi hija en verdad no sentí gran alegría, porque la decepción que sentía parecía ser más grande que el gran acontecimiento que representa tener una hija. ¡Yo quería un varón!
A los dos días de haber nacido fui a buscar a mis dos mujeres, una lucía pálida y agotada y la otra radiante y dormilona.
En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisa de mi pequeña y por la infinita inocencia de su mirada fija y penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla con locura. Su carita, su sonrisa y su mirada no se apartaban ni por un instante de mis pensamientos, todo se lo quería comprar.La miraba en cada niño o niña, hacía planes sobre planes, todo sería para mi pequeña.
Este relato era a menudo contado por Roberto, el padre de la pequeña y yo sentía gran afecto por la niña que era la razón más grande de vivir de Roberto , según decía él mismo.
Una tarde estaba mi familia y la de Roberto haciendo un picnic a la orilla de un río cerca de casa y la niña entabló una conversación con su padre. Todos escuchábamos: Papi... cuando cumpla quince años, ¿Cual será mi regalo? Pero mi amor, si apenas tienes diez añitos, no te parece que todavía falta mucho para esa fecha?
Bueno papi tu siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí...
La conversación se extendía y todos participamos de ella, al caer el sol regresamos a nuestras casas. Una mañana me encontré con Roberto enfrente del colegio donde estudiaba la pequeña quien ya tenía catorce años. Roberto estaba muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro. Con gran orgullo me enseñaba las notas de su hija, eran notas impresionantes, ninguna bajaba de sobresalientes y los estímulos que les habían escrito los profesores eran realmente conmovedores. Felicité al dichoso papá.
La niña ocupaba toda la alegría de la casa en la mente y en el corazón de la familia y especialmente en la de su papá.
Un domingo nos dirigíamos todos a casa de mi hermano cuando la niña tropezó con algo, eso creímos todos, dio un traspié, su papá la agarró de inmediato para que no cayera.
Ya en casa de mi hermano vimos como la niña fue cayendo lentamente del silla en la que se encontraba sentada y casi perdió el conocimiento. La tomamos en brazos, mientras su papá buscaba un taxi hacia el hospital. Allí permaneció diez días y fue entonces cuando le informaron que su hija padecía una grave enfermedad que afectaba su corazón muy seriamente, pero no era algo definitivo. Se le debía practicar más pruebas para tener un diagnóstico firme.
Los días iban pasando, Roberto renunció a su trabajo para dedicarse al cuidado de su pequeña, su madre quería hacerlo pero decidieron que ella trabajaría pues sus ingresos eran superiores a los del marido. Un día Roberto se encontraba al lado de su hija cuando ella le preguntó: Voy a morir, no es cierto?? Te lo dijeron los doctores??
No mi amor, no vas a morir, Dios que es tan grande no permitirá que pierda lo que más he amado en este mundo- Respondió Roberto
Van a algún lugar?? Pueden ver desde lo alto a su familia?? Sabes si pueden volver??
Bueno hija.... en verdad nadie ha vuelto a contar algo sobre eso, pero si yo muriera no te dejaría sola, estando en el más allá buscaría la manera de comunicarme contigo , en última instancia usaría el viento para venir a verte....
¿Al viento? Y ¿cómo lo harías?
No tengo ni la menor idea hijita, solo se que si algún día muero, sentirás que estoy contigo, cuando un suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas.
Ese mismo día por la tarde, llamaron a Roberto, el asunto era grave, su hija estaba muriendo. Necesitaban un corazón pues el de ella no resistiría sino unos quince o veinte días más.
¡Un corazón! Dónde hallar un corazón? ¡ un corazón! Dónde Dios mío?
Ese mismo mes Sofía cumpliría sus quince años. Y fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un donante, una esperanza iluminó los ojos de todos, las cosas iban a cambiar. El domingo por la tarde la niña estaba operada, todo salió como los médicos lo habían planeado. Éxito total¡¡¡ Sin embargo Roberto todavía no había vuelto por el hospital y la niña lo extrañaba muchísimo.
Su mamá le decía que todo estaba muy bien y que su papi sería el que trabajaría para sostener a la familia. La niña permaneció en el hospital quince días más, los médicos no habían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera firme y fuerte y así lo hicieron. Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme sofá y su mamá con los ojos llenos de lágrimas le entregó una carta de su padre.... Sofía, hjiijita de mi corazón:
Al momento de leer mi carta, ya debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho, esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron. No puedes imaginarte ni remotamente cuanto lamento no estar a tu lado en este instante.
Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenías diez añitos y a la cual no respondí.
Decidí hacerte el regalo más hermosos que nadie hará por su hija...
Te regalo mi vida entera, sin condición alguna, para que hagas con ella lo que quieras.
¡¡Vive hija!! ¡¡ Te amo con todo mi corazón!!!
Sofía lloró todo el día y toda la noche; al día siguiente fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su papá, lloró como nadie lo ha hecho y susurró:
Papi... ahora puedo comprender cuanto me amabas, yo también te amaba y aunque nunca te lo dije, ahora comprendo la importancia de decir TE AMO y te pediría perdón por habar guardado silencio tantas veces .
En ese instante las copas de los árboles se mecieron suavemente, cayeron algunas hojas y florecillas y una suave brisa rozó las mejillas de Sofía, alzó la mirada al cielo, intentó secar las lágrimas de su rostro, se levantó y emprendió regreso a su hogar.
Esta historia la encontré en youtube en forma de vídeo y que un amigo colgó en Facebook. He cambiado el nombre de los protagonistas para hacerla un poco más mía ya que describe el amor que siento por mi hija, como el de cualquier padre por su hijo.
Aprovecho la ocasión para pediros a los creyentes una oración por Rodrigo, para que se cure pronto y salga del hospital lo antes posible. A los no creyentes os pido.... un pensamiento positivo para el mismo fin.
Besos a todos y feliz semana.
No por conocerla ha dejado de estremecerme la historia.
ResponderEliminarMi pensamiento para Rodrigo, y mis besos por triplicado para ti, desde mi refugio.
Sigo Soñando.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUfff sinceramente te digo que me has emocionado muchisimo con esta historia me he metido en ella desde el comienzo hasta el final como si de un libro o una peli se tratase con intriga por saber el final y aiiinnss me traspasó un escalofrio...Al terminar de leerla y no pude sino llorar sin darme ni cuenta...cuando las cosas,los temas van de niñ@s,me pasa,soy muy sensible con eso...
ResponderEliminarSoy creyente aunque reconozco no practicante...Pero porsupuesto rezaré...Por Rodrigo.
Gracias David me hago una idea de cuanto quieres a tu peque...Besos para ambos
Solo un padre o madre conoce el verdadero amor, son capaces de dar su vida por la de sus hijos. Es una historia muy dura… pero tan llena de amor… No he podido evitar una lágrima… Aquí te dejo lo que nos has pedido, para ellos, para todos. Un bessito
ResponderEliminarNo una...sino varias oraciones tendrá Rodrigo por mi parte.
ResponderEliminarY para ti, un besazo enorme!
Sinceramente David,me has emocionado y mucho..Me recuerda a la película siete almas.
ResponderEliminarEse es el amor verdadero,el más grande de todos...no puedo seguir,lo siento.
Millones de besos.
Qué no haría un padre por su hijo. Es imposible explicar un amor tan grande, pero con esta historia casi lo has conseguido. Un beso grande.
ResponderEliminarSigo
ResponderEliminarMuchas gracias por ese pensamiento para Rodrigo. Se agradece. Besitos desde el centro.
Ana
Las enfermedades en los niños parece que nos son más dolorosas, por eso te agradezco esa oración para Rodrigo, solo tiene dos años y no es justo lo que le está pasando. Besitos.
Men
ResponderEliminarLlevas toda la razón, qué no haría un padre por un hijo???
Muchas gracias por dejarme lo que pedí. Besitos.
Martha
Muchas gracias Martha de parte de Rodrigo y un enorme beso también para ti.
Mor
ResponderEliminarMuchos besos también para ti. Gracias por venir.
Ana
Harías cualquier cosa, hasta darle tu vida. Besos.
Me has hecho llorar, tío. ¡Qué pena que el relato no esté escrito por ti!
ResponderEliminarSiento mucho lo de Rodrigo, ¿qué le ocurre exactamente? Mucha fuerza.
Fran
ResponderEliminarYa me gustaría saber expresarme con ese sentimiento, pero el relato me gustó y por eso lo puse.
Rodrigo es un peque muy cercano a mi. Tiene dos años y llevaba toda la semana en la uci con una neumonía. Le subieron a planta pero otra vez ha empeorado y por más pruebas que le hacen, creo que no saben lo que tiene.
Gracias.
Yo no he podido terminar de leerla. Creo que estoy sensible para ello. Otro día, sí?
ResponderEliminarDany
ResponderEliminarCuando quieras. Besos
Carai qué historia, yo también tengo una hija , de catorce años, y qué no harías por ella???? Me he emocionado, pero la vida es un paseo , la eternidad es lo que cuenta. Hacía mucho tiempo que no te visitaba, he tenido muchos problemillas de salud de padre y suegra...pero ahí estamos, luchando. Un abrazo grande
ResponderEliminarBluess
ResponderEliminarMe alegro verte de nuevo por aquí, espero que esos problemas de salud ya estén solucionados. Besitos.