
El sábado pasado estuvimos viendo una obra de teatro en un centro cultural, se titulaba Las Profecías del Sr. Perkins. Fuimos a verla porque una de las actrices es amiga nuestra y nos animó a que fuéramos a verla.
Es increíble cómo con cuatro cajones y con un poco de imaginación nos metimos de lleno en la obra, parece que de vez en cuando nos hace falta que nos pongamos delante de un escenario para ver a estos grupos de teatro que nos obligan a usar la imaginación que tenemos atrofiada de tanta película americana.
Me gustó la entrega de los actores, chavales la mayoría que intentan coger tablas en un mundo más que difícil, yo diría imposible debido a la cantidad de actores, extras, figurantes que abundan. Me gustó como cooperaban todos para mover los cajones y hacernos creer que pasaban de la habitación de un piso a un ascensor en el sótano del bloque. Me gustó como ellos mismos se llevan la ropa que les hace falta en la función, me gustó cómo uno de ellos era el autor de la obra, me gustó como hicieron que mi hija se riera, asustara, divirtiera, votara y estuviera hora y media en un mundo mágico, me gustó cómo sin un duro de subvención sacan adelante una obra de teatro.
Recomiendo acudir de vez en cuando a este tipo de teatro alternativo en el que un grupo de gente te divierte como cualquier gran superproducción, te hacen pasar dos horas entretenidas y las cañitas al salir de la función estuvieron geniales, menudo bar habéis encontrado, jajajaja.
Me encantó y desde luego la siguiente obra la veremos, seguro.
Os dejo el enlace ya que también tienen un blog, por si los queréis conocer pinchar, como siempre,
aquí.
Como siempre os dejo un beso a todos.