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Como cualquier otro padre, pues no soy nada distinto a los demás, pienso en el futuro de mi peque. Tengo mis ilusiones y mis sueños, me gustaría que fuera todo lo que yo no he sido o no he llegado a poder ser, me gustaría que estudiara mucho y que llegara lejos, yo le ayudaré en todo lo que pueda y le pagaré lo que sea necesario si es lo que ella quiere.
Siempre le digo que estudie mucho para que llegue a ser médico y así cuando yo sea mayor ella me podrá curar si estoy enfermo, le digo que estudie inglés para que cuando salgamos a otros países ella nos traduzca y nos ayude a caminar por esas ciudades, le digo que sea ingeniero informático para que no tenga que estar llamando a mi cuñado o a Luis y sea ella la que me arregle el desaguisado que hago en los ordenadores, le digo que sea escritora para que todo el mundo se emocione con lo que escriba, le digo que se haga juez para que imponga esa justicia tan necesaria.
Aunque lo que siempre le digo es que sea lo que sea, yo estaré a su lado para apoyarla y protegerla, y sobre todo que sea feliz.
Ayer, hablando con un amigo por el Facebook, hablábamos de esto y le decía que ellos solos deben encontrar su camino, a veces es el que nosotros hemos querido y otras veces es el que eligen ellos. Sea el camino que sea nosotros tenemos que estar ahí, darles un empujoncito para que den el primer paso y darles la mano cuando por una equivocación se caigan. La verdad es que poco más podemos hacer. Todo lo demás está en sus manos.
Nos guste o no, al final ellos marcan sus caminos con sus baches y sus bajadas, con subidas y llanos y solo podremos estar para echarles una mano.
Un beso a todos y feliz semana.