Mi otra vida

Hoy os voy a hablar de "mi otra vida". Se llama Susana y es a la otra persona a la que más quiero. Si mi hija es mi corazón, mi mujer es mis riñones y mi hígado. Suena un poco mal comparar a tu mujer con unos riñones y con un hígado.... pero daros cuenta que lo que estoy diciendo es que sin ella (al igual que sin éstos órganos) no podría vivir.

Mis comienzos con ella fueron un poco extraños, nos hicimos novios sin declararnos ninguno de los dos, nos fuimos conociendo, dándonos la mano o acostándonos y de repente un día me dí cuenta que la quería, pero cosas de mi gilipollez mental y neuronal hicieron que me cagara de miedo al entrar en un compromiso y eso hizo que la dejara, de lo cual me arrepentiré toda mi vida, porque creo que las cosas hubieran sido distintas, pero eso nunca se sabrá.

Pasado el tiempo el destino quiso que por una llamada de teléfono nos volviéramos a encontrar y entonces ya no quise que se marchara de mi vida (también hay que decir que ella no quiso irse) y hasta el día de hoy, en el que estamos casados desde hace ocho años y tengamos una hija.

Esta es la historia muy resumida de mi mujer y mía.

Al igual que hice con la niña.... esto va para ti, si algún día lees esto quiero que sepas que eres la persona que más quiero y quiero que estemos juntos siempre, que todos nuestros proyectos se lleven a cabo y veamos el día de mañana todo lo que hemos conseguido juntos, con nuestro trabajo, sudor y lágrimas.

Te quiero tanto...... Un beso muy fuerte....mi vida. Esto es para tí.

Te amo
Te amo de una manera inexplicable.
De una forma inconfesable.
De un modo contradictorio.
Te amo
Con mis estados de ánimo que son muchos,
y cambian de humor continuamente.
Por lo que ya sabes,
El tiempo.
La vida.
La muerte.
Te amo
con el mundo que no entiendo.
Con la gente que no comprende.
Con la ambivalencia de mi alma.
Con la incoherencia de mis actos,
Con la fatalidad del destino.
Con la conspiración del deseo.
Con la ambigüedad de los hechos.
Aún cuando te digo que no te amo, te amo.
Hasta cuando te engaño, no te engaño.
En el fondo, llevo a cabo un plan,
para amarte... mejor.
Pues, aunque no lo creas, mi piel
extraña enormemente
la ausencia de tu piel.
Te amo.
Sin reflexionar, inconscientemente,
irresponsablemente,
espontáneamente,
involuntariamente,
por instinto,
por impulso,
irracionalmente.
En efecto no tengo argumentos lógicos,
ni siquiera improvisados
para fundamentar este amor que siento por ti,
que surgió misteriosamente de la nada,
que no ha resuelto mágicamente nada,
y que milagrosamente, de a poco, con poco y nada
ha mejorado lo peor de mi.
Te amo.
Te amo con un cuerpo que no piensa,
con un corazón que no razona,
con una cabeza que no coordina.
Te amo
incomprensiblemente.
Sin preguntarme, por qué te amo.
Sin importarme por qué te amo.
Sin cuestionarme por qué te amo.
Te amo
sencillamente porque te amo.
Yo mismo no se por qué te amo.